Pero hoy he escrito un cuento clásico de terror , al principio iba a ser para el campamento que iba a ir, pero decidimos que no lo íbamos a usar y entonces he decidido ponerlo aquí:
Era se una vez allá por 1939 un matrimonio muy feliz, que,
por una tontería, se enfadaron hasta llegar a dar voces que oía todo el
vecindario. El marido, harto ya de su mujer, la tiro cerca de un río, en Toledo, pero con un descuido que tuvo el hombre, cuando su mujer se
estaba ahogando, ella le cogió de la mano y le dijo:
-Alfred, ¿Por qué nos hemos enfadado hasta tan punto?
-¡Si me gritabas todos los días, sin tener la culpa de nada!-Dijo
Alfred.
-¿Yo gritar? Si te estaba llamando para que vinieras a
verme-mintió la mujer.
-¿En serio?-Pregunto el hombre.
-Sí. Si me rescatas, podríamos volver los dos juntos a
casa-Y con esta frase, Alfred, engañado, fue a besar a Lucía, su mujer. Pero esta
le cogió de brazo y le ahogo en el rió.
Diez años después, una madre y
una hija, fueron a ese mismo lugar, en un fin de semana de noviembre.
Para entonces,
el rió estaba frío, y nadie, sabía nada de ese doble asesinato.
La madre,
por un descuido, dejó sola a la niña, y esta, con su cabello pelirrojo y ojos
azules metió un pie en el agua. Entonces, una luz azul fosforescente brillaba
en una cueva y una voz dijo:
-Ana- Susurraba la cueva- Ana
-¿Quién eres?-Pregunto la niña.
-¿El qué?
-Lo sabrás si vienes
Como a Ana, siempre la conocían
como la chica curiosa, fue hacía la cueva. Lo que se encontró, era un fantasma
de una mujer, que goteaba agua, del pelo, y llevaba manchas de sangre.
-¡Que niña tan preciosa
tenemos!-Exclamo la mujer, algo triste.
-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y por
qué estás tan triste?
-Puede que no lo sepas, pero
acabo de ver a tu madre, y se ha ido corriendo, huyendo de algo, creo que se ha
olvidado de ti-Mintió.
-No me lo creo,-dijo la niña,
inocente, con unas pocas lágrimas en la cara.
-Sí, te doy mi palabra. Lo malo
es que por aquí no hay pasan muchas personas. Si quieres puedes quedarte
conmigo.
-¿De verdad?
-Sí, aquí dentro de esta cueva no
te puede pasar nada malo.
La niña se acercó con mucha
inocencia. Y entonces, el fantasma, cambio su sonrisa por una malvada expresión
de color rojo y se llevó a la niña con un grito
Muchos años después la gente del
pueblo se enteró que allí había un fantasma. El alcalde lo quería quemar en la
hoguera, como a las brujas, pero un guardabosques dijo:
-Yo, Nico Charland, voy a detener
a ese fantasma, antes de que se lleve a más personas inocentes.
-¡Es muy peligroso! Tiene
colmillos de animales en vez de dientes.
-¡Yo he oído que es como una sirena!
-¡Eso son bobadas de piratas!
¡Puede escupir fuego como los dragones!
-¡Ponerme fuego, ponerme sirenas,
ponerme colmillos! ¡Puedo con todo!
Pero, lo que el guardabosque no
sabía, era que el fantasma era más listo de lo que parecía. El monstruo se transformó
en su recientemente fallecida mujer y se le llevó entre sus garras sin apenas
resistencia.
Poco tiempo después, el fantasma atormentado
se llevó a un jardinero que cortaba plantas en un jardín cerca del río haciéndole
creer que era el señor de la casa el que le llamaba. Y más tarde a un leñador haciéndole
creer que era un animal que lo observaba.
Por todos estos sucesos se
enterró el río y en la superficie se construyó un camping que dicen que esta maldito. Cuentan
los viejos del lugar que cada noche, todas las personas que asesinó el fantasma
reviven para hacer una fiesta, mientras asustan a los jóvenes que pasan la noche en el camping. Y entre
todos ellos…. también está el fantasma de la mujer.